Soñado por Daedalus on 12/17/2007

Me desperté, puse algo de música y me metí en la ducha. Para cuando salí, el reproductor tocaba una de esas canciones tristes que, con el volumen bajo, te destrozan el alma, pero no estaba prestando atención a la melodía. Intentando recordar qué había soñado aquella noche, me vestí y me lavé los dientes. Tras echarle, no muy convencido, un vistazo al espejo, apagué el reproductor de música y salí de casa.
Conduje distraidamente, recordando retazos de un extraño sueño. Aparqué y fui directamente a clase. Iñaki ya estaba allí, y lo saludé.


-¿Y Naroa? -le pregunté, al ver su silla vacía.
-Ni idea -me respondió, encogiendose de hombros.


Llegó la profesora, y nos dio dos horas de clase. Llegó el siguiente profesor, y nos aburrió dos horas más. Entonces llegó Naroa, justo cuando me disponía a mandarle un mensaje de móvil y volver a casa.

-¡Hola! -la saludé-. Justo me iba.
-Hola -respondió, mirando después a cualquier otro lado.
-¡Te has perdido las cuatro horas más interesantes de tu vida! -le dijo Iñaki.
-¿Y eso? -preguntó ella, distraida.
-Era ironía -le expliqué-. Oye, ¿estás bien? ¿Ha pasado algo?
-Me he quedado dormida -dijo rápida y automáticamente.
-¿Seguro que no pasa nada? -preguntó Iñaki con el semblante preocupado.
-Sí, sí... Gracias.


Por un momento pensé en quedarme, pero Naroa parecía necesitar algo de espacio y no quise agobiarla con preguntas, así que le dije:

-Bueno, me voy. Nos vemos luego, ¿no?
-No. ¡Sí!


Iñaki y yo cruzamos una significativa mirada y me despedí con un gesto.

-¡Hasta luego! -oí que me respondía mientras me daba media vuelta y salía de clase.

Cuando llegué al coche, me quedé sentado un par de minutos, intentando averiguar qué acababa de pasar. Lo único que apareció en mi cabeza fue algo concerniente a algún sueño que había tenido alguna vez. Aquello no tenía sentido para mí. Puse el motor en marcha y conduje el bien conocido camino a casa.

Al final aquella tarde no salí. Me quedé en casa, estudié un poco, y me puse a escribir. No es que soliese escribir mucho, pero me apetecía colgar algo en un blog que recién habíamos estrenado.
Poco más de dos parrafos acabaron aburriéndome, así que me conecté al messenger. Allí me encontré a Iñaki conectado. Le pregunté por Naroa, aunque no supo contestarme.

-No lo sé, la verdad. Estaba muy rara. No triste, sino... Rara. Distraida. No sé. Ha dicho que esta tarde no saldría, y, como nadie más podía quedar, pues... Por cierto...

Me comunicó que en la clase que me había saltado el profesor había mandado tarea. Le seguí el rollo, simulando que me apuntaba los deberes, y que me ponía ahora a ello. Lo que hice fue poner un capitulo de un serie, y otro más cuando acabé de ver el primero.
A mitad del segundo, me dí cuenta de que no había prestado ninguna atención, y que me había pasado veinte minutos con la mirada fija en algún punto de la pantalla, pensando.

1 comentario/s:

Anónimo dijo...

parece k te gusta muxo esa chica!! te preocupas muxo por ella
jajaaj